CARL MENGER Y EL ORIGEN DEL VALOR DE LOS BIENES
CARL MENGER Y EL ORIGEN DEL VALOR DE LOS BIENES
¿Por qué se cree que es un error el afirmar que los “bienes tiene un valor para nosotros porque en su producción se utilizaron bienes que tendían valor para nosotros”?
«Cuando la necesidad de un bien es mayor que la cantidad disponible de ese bien, se comprueba al mismo tiempo que, puesto que una parte de las correspondientes necesidades queda insatisfecha, no se puede disminuir ninguna cantidad parcial de cierta importancia práctica sin que, al hacerlo, deje ya de satisfacerse, o no se satisfaga por completo, una necesidad que quedaba cubierta antes de que se produjera esta eventualidad. En todos los bienes que se hallan en la relación cuantitativa descrita, la satisfacción de una determinada necesidad humana depende de que se disponga o no de una cantidad concreta y prácticamente significativa de aquellos bienes. Si los sujetos conocen que la posibilidad de satisfacer una necesidad depende de la disposición sobre una cantidad parcial de los bienes de que estamos hablando o respectivamente de la relación cuantitativa concreta en que se encuentran estos bienes, entonces tales bienes adquieren valor. Por consiguiente, valor es la significación que unos bienes o cantidades parciales de bienes adquieren para nosotros, cuando somos conscientes de que dependemos de ellos para la satisfacción de nuestras necesidades
Por tanto, el valor de los bienes brota de la misma fuente que el carácter económico de estos últimos, es decir, de la antes descrita relación entre necesidad y masa de bienes disponible. La diferencia entre ambos fenómenos es que el conocimiento de aquella relación cuantitativa impulsa por un lado nuestra actividad previsora y, con ello, los bienes que se hallan en esta relación se convierten en objetos de nuestra economía, es decir, en bienes económicos. Por otro lado, este conocimiento nos lleva a la conciencia de la significación que tiene para nuestra vida o, respectivamente, para nuestro bienestar, el poder disponer de cada cantidad parcial concreta de la masa de bienes que poseemos. De este modo, estos bienes adquieren valor para nosotros
La relación que fundamenta el carácter no económico de los bienes consiste en que la necesidad de estos bienes es menor que la cantidad disponible de ellos. Siempre hay cantidades parciales de bienes no económicos frente a los que no existe ninguna necesidad humana que deba satisfacerse y que puedan perder su cualidad de bienes sin que por ello quede amenazada la satisfacción de necesidades humanas. Así pues, esta satisfacción no depende de nuestra disposición sobre bienes concretos desprovistos de carácter económico; de donde se desprende que aquellas cantidades concretas inmersas en esta relación de bienes no económicos, tampoco tienen valor para nosotros.»